Según el Consejo de la Mujer y Bienestar Social (Cemybs) siguen vigentes ciertos usos y costumbres que limitan la autonomía y la libertad de las mujeres, se naturaliza el sometimiento, y se impide su emancipación.
En este sentido, las condiciones reales o simbólicas de debilidad, inferioridad, dependencia, obediencia e ignorancia, son contempladas socialmente como parte de la naturaleza femenina, y en gran medida son introyectadas por las mujeres, convirtiéndose en un blanco fácil de cualquier tipo de violencia y en sus distintas modalidades en que se manifiesta.
Lo anterior explica lo que ahora se denomina micromachismo, que hace referencia a aquellas conductas sutiles y cotidianas que constituyen estrategias de control, y microviolencias que atentan contra la autonomía personal de las mujeres y que suelen ser invisibles o, incluso estar perfectamente legitimadas por el entorno social, como es el caso de las labores domésticas o cuidados de los hijos, en las que no participa el sexo masculino, pero en las que ellas llevan dobles o triples jornadas de trabajo, descuidando con ello su salud, aspiraciones y actividades recreativas.
En este contexto, el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social se ha planteado como objetivo garantizar el acceso de las mujeres sus hijas e hijos a servicios que le otorguen atención e información acerca de las formas y tipos de la violencia, la cual a menudo viene representada de manera encubierta en acciones que son realizadas por familiares o conocidos.
Para ello dispone de la Línea sin Violencia 01 800 10 84 053, donde se les brinda atención los 365 días del año, las 24 horas del día, de forma gratuita por profesionales capacitados, quienes ofrecen un espacio confidencial y oportuno, otorgándoles atención psicológica, intervención en crisis, información de violencia, asesoría jurídica y la vinculación con otros servicios de atención a la violencia, como es el caso de Unidades de Atención a Mujeres, sus Hijas e Hijos Víctimas de Violencia.
El objetivo primordial de estos programas es que la mujer que los solicita identifique las conductas pasivas de la microviolencia que se ejerce en ella, sus hijas e hijos, para que pueda romper el círculo de la violencia, y fomentándole la cultura del respeto, autonomía y valía de sus derechos.
Otro programa de reciente creación es la Unidad de Atención y Reeducación para Personas que ejercen Violencia de Género, en la cual se fortalece la concepción del respeto y la integración de una nueva forma de masculinidad hacia las personas que son generadoras de violencia para que así identifiquen, acepten y trabajen para alejar conductas nocivas tanto para ellos como para su pareja e hijos.
Con estas acciones el Gobierno del Estado de México, continúa con el compromiso de atender, prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer en sus diversas manifestaciones.
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